miércoles, 8 de febrero de 2017

LO QUE OPINA LA IGLESIA DE LOS ANTICONCEPTIVOS


La Iglesia entiende que los esposos pueden desear en algún momento dentro del matrimonio, espaciar el nacimiento de los hijos por motivos realmente graves (nunca por egoísmo o comodidad).

La Iglesia, en estos casos extremos, permite hacer uso de los períodos infértiles de la mujer. Es decir permite la utilización de métodos, en los que la abstinencia en los períodos fértiles disminuye la posibilidad de un embarazo.

Los esposos saben que en ciertos momentos sus relaciones sexuales pueden iniciar una nueva vida. Como padres potenciales desean lo mejor para sus hijos, y pueden llegar a existir situaciones en la vida del matrimonio y de la familia que obliguen a los esposos a desear retrasar un nacimiento. Nos referimos a motivos graves que no pueden ser simplemente la comodidad, la pereza o el miedo egoísta a lo que implica un nuevo hijo en la familia.

Por lo mismo, la Iglesia indica que en tales casos los esposos pueden recurrir a aquellos métodos que ayudar a conocer cuáles son los días de potencial fertilidad para evitar, en tales días, las relaciones sexuales. Entre tales métodos tiene especial validez el método de la ovulación o método Billings, que ayuda a los esposos a vivir la propia sexualidad, en el máximo respeto de la dignidad de la mujer.

Es moralmente ilícito recurrir a los métodos naturales o artificiales que impliquen negar o rechazar la dimensión fecunda del marido y de la mujer, es decir, que permiten realizar el acto sexual en un modo que busca solamente el placer. Son todavía más inmorales, aquellos métodos que no sólo no impiden la fecundación, sino que pueden ocasionar un aborto precoz.

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