sábado, 18 de marzo de 2017

LA SANGRE ES NUESTRO RESCATE


El “rescate” es lo que uno paga para recobrar o redimir algo para sí. Al hombre le resulta imposible rescatarse de la muerte espiritual, pues sólo la vida puede conquistar la muerte. ¿De dónde puede el hombre encontrar nueva vida? El hombre no tiene con qué conquistar la muerte para realizar su redención. Su única esperanza es que Dios mismo lo provea. Y ya lo ha hecho.

Cristo, nuestro Redentor, ofreció su propia sangre para comprarnos de nuevo para sí. Como Cristo mismo dijo, él vino “para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20.28). Pedro nos dice que somos redimidos, no con cosas corruptibles como plata y oro, “sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1.19). Pablo añade su testimonio, diciendo: “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2.5–6). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te gustó el artículo, déjame tu comentario.