miércoles, 31 de mayo de 2017

MARÍA REALIZA EL VIAJE CON PRONTITUD


En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Y dijo María: 

«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. 

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. 

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» 

María permaneció con ella unos tres meses y se volvió a su casa. 


El misterio de la Visitación, preludio de la misión del Salvador

1. En el relato de la Visitación, san Lucas muestra cómo la gracia de la Encarnación, después de haber inundado a María, lleva salvación y alegría a la casa de Isabel. El Salvador de los hombres, oculto en el seno de su Madre, derrama el Espíritu Santo, manifestándose ya desde el comienzo de su venida al mundo.

El evangelista, describiendo la salida de María hacia Judea, usa el verbo anístemi, que significa levantarse, ponerse en movimiento. Considerando que este verbo se usa en los evangelios para indicar la resurrección de Jesús (cf. Mc 8,31; 9,9.31; Lc 24,7.46) o acciones materiales que comportan un impulso espiritual (cf. Lc 5,27-28; 15,18.20), podemos suponer que Lucas, con esta expresión, quiere subrayar el impulso vigoroso que lleva a María, bajo la inspiración del Espíritu Santo, a dar al mundo el Salvador.

2. El texto evangélico refiere, además, que María realiza el viaje «con prontitud» (Lc 1,39). También la expresión «a la región montañosa» (Lc 1,39), en el contexto lucano, es mucho más que una simple indicación topográfica, pues permite pensar en el mensajero de la buena nueva descrito en el libro de Isaías: «¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: "Ya reina tu Dios"!» (Is 52,7).

Así como manifiesta san Pablo, que reconoce el cumplimiento de este texto profético en la predicación del Evangelio (cf. Rom 10,15), así también san Lucas parece invitar a ver en María a la primera evangelista, que difunde la buena nueva, comenzando los viajes misioneros del Hijo divino.

La dirección del viaje de la Virgen santísima es particularmente significativa: será de Galilea a Judea, como el camino misionero de Jesús (cf. Lc 9,51).

En efecto, con su visita a Isabel, María realiza el preludio de la misión de Jesús y, colaborando ya desde el comienzo de su maternidad en la obra redentora del Hijo, se transforma en el modelo de quienes en la Iglesia se ponen en camino para llevar la luz y la alegría de Cristo a los hombres de todos los lugares y de todos los tiempos.

3. El encuentro con Isabel presenta rasgos de un gozoso acontecimiento salvífico, que supera el sentimiento espontáneo de la simpatía familiar. Mientras la turbación por la incredulidad parece reflejarse en el mutismo de Zacarías, María irrumpe con la alegría de su fe pronta y disponible: «Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel» (Lc 1,40).

San Lucas refiere que «cuando oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno» (Lc 1,41). El saludo de María suscita en el hijo de Isabel un salto de gozo: la entrada de Jesús en la casa de Isabel, gracias a su Madre, transmite al profeta que nacerá la alegría que el Antiguo Testamento anuncia como signo de la presencia del Mesías.

Ante el saludo de María, también Isabel sintió la alegría mesiánica y «quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno"» (Lc 1,41-42).

En virtud de una iluminación superior, comprende la grandeza de María que, más que Yael y Judit, quienes la prefiguraron en el Antiguo Testamento, es bendita entre las mujeres por el fruto de su seno, Jesús, el Mesías.

4. La exclamación de Isabel «con gran voz» manifiesta un verdadero entusiasmo religioso, que la plegaria del Avemaría sigue haciendo resonar en los labios de los creyentes, como cántico de alabanza de la Iglesia por las maravillas que hizo el Poderoso en la Madre de su Hijo.

Isabel, proclamándola «bendita entre las mujeres», indica la razón de la bienaventuranza de María en su fe: «¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» (Lc 1,45). La grandeza y la alegría de María tienen origen en el hecho de que ella es la que cree.

Ante la excelencia de María, Isabel comprende también qué honor constituye para ella su visita: «¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?» (Lc 1,43). Con la expresión «mi Señor», Isabel reconoce la dignidad real, más aún, mesiánica, del Hijo de María. En efecto, en el Antiguo Testamento esta expresión se usaba para dirigirse al rey (cf. 1 R 1, 13, 20, 21, etc.) y hablar del rey-mesías (Sal 110,1). El ángel había dicho de Jesús: «El Señor Dios le dará el trono de David, su padre» (Lc 1,32). Isabel, «llena de Espíritu Santo», tiene la misma intuición. Más tarde, la glorificación pascual de Cristo revelará en qué sentido hay que entender este título, es decir, en un sentido trascendente (cf. Jn 20,28; Hch 2,34-36).

Isabel, con su exclamación llena de admiración, nos invita a apreciar todo lo que la presencia de la Virgen trae como don a la vida de cada creyente.

En la Visitación, la Virgen lleva a la madre del Bautista el Cristo, que derrama el Espíritu Santo. Las mismas palabras de Isabel expresan bien este papel de mediadora: «Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno» (Lc 1,44). La intervención de María, junto con el don del Espíritu Santo, produce como un preludio de Pentecostés, confirmando una cooperación que, habiendo empezado con la Encarnación, está destinada a manifestarse en toda la obra de la salvación divina.

domingo, 28 de mayo de 2017

DIOS ASCIENDE ENTRE ACLAMACIONES


La Iglesia vive con la conciencia de haber sido llamada a vivir el camino del discipulado. En continuidad con los 11 discípulos que fueron a Galilea, nosotros reconocemos que Jesús sigue llamándonos gratuitamente, no por nuestros diplomas o nombramientos, sino por pura generosidad. Para responder a ese llamado, tenemos que vivir una espiritualidad de la escucha, tanto de la Palabra de Dios, como de las necesidades y demandas de la comunidad a quien servimos. Para vivir la espiritualidad del discipulado es necesario ponernos en camino, como se pusieron los discípulos camino de Galilea. 

Con el auxilio del Espíritu seremos capaces de ir haciendo el discernimiento necesario para presentar de manera adecuada las enseñanzas de Jesús a los discípulos que viven su fe en las circunstancias cambiantes del mundo moderno. Es necesario conservar el vino nuevo en odres nuevos.

La misión del Señor Jesús en la tierra, alcanzó su realización al pasar de la muerte a la vida. Jesús proclamó su mensaje, realizó señales, conformó un grupo de discípulos y realizó el supremo testimonio de entregar su vida al Padre.

Ahora se inaugura el tiempo de la Iglesia. Los que nos reconocemos miembros de la Iglesia, sabemos que nuestra misión es vivir como discípulos de Jesús. La mejor manera de responder a esta vocación es animando a otras personas a vivir esa vocación. Es una misión demandante que no se cumple con el puro esfuerzo humano, sino que requiere de la asistencia de Jesús glorificado. No es posible evadir esa misión, el verdadero discípulo no puede desentenderse de su misión evangelizadora. Por eso, Jesús sacude el desánimo de los discípulos: ¿qué hacen ahí plantados mirando al cielo?

San León Magno nos ayuda a profundizar la Ascensión del Señor: „«Lo que era visible en nuestro Salvador ha pasado ahora a sus misterios». ¿A qué misterios? A los que ha confiado a su Iglesia. El gesto de bendición se despliega en la liturgia, las huellas sobre tierra marcan el camino de los sacramentos. Y es un camino que conduce a la plenitud del definitivo encuentro con Dios.

sábado, 27 de mayo de 2017

ASÍ NOS EXPRESAMOS LOS GUATEMALTECOS; ADMÍTELO, TU TAMBIÉN LO HAS DICHO


En Guatemala no estás enamorado, estás más colgado que chorizo en tienda. Es común escuchar que las personas están “colgadas”, es decir, enamoradas.
Los chapines no viven lejos, viven hasta dónde el diablo dejó tirada la chancleta. Vivís hasta donde el diablo dejo tirada la chancla.


Los guatemaltecos no ven algo, le echan el ojo. ¡Ya le echaste el ojo va!


Las siestas no existen en Guatemala, aquí las personas se echan un cuaje. No es voy a tomar la siesta, es “me voy a echar un mi cuaje”.


Los chapines no son infieles, ellos queman el rancho.



Un guatemalteco no es malo, es pura lata. ¡No seas pura lata vos!

Aquí no te piden que hagas un favor, te dicen “haceme la campaña”.

Los sustos se miden en patatush, telele, shucaque e ishkamic.


Aquí no te dicen “espérame un momento”, es “perame pue”. Cuando querés que alguien te espere es: “perame pue”.

El chapín no se enoja, se pone como la gran diabla.

QUE SI NOS CANSAMOS LOS CURAS ¿QUÉ ES LO QUE MÁS CANSA?


¿Qué nos cansamos a veces los curas? Nos cansamos. ¿Qué en ocasiones nos hartamos? Pues sí. ¿Qué hay días en que mandarías a todo el mundo a hacer gárgaras? Sin dudarlo. Lo que me apetece hoy es contar qué cosas son esas que acaban con la paciencia de uno.

Vaya por delante que, salvo rarísimas excepciones, a nadie nos fastidia lo que es propia y realmente el ejercicio del ministerio. Lo triste es que al final, lo que se dice al final, lo que te acaba agotando, son justo las cosas más intrascendentes pero que para tus feligreses parece ser lo que de verdad importa. ¿Me dejan poner ejemplos? ¡Vamos a ello!

·    Si ponemos a la Virgen el manto blanco, el verde o el que regaló doña Pepita.
·  Las flores de la capilla de la adoración perpetua, que siendo las que son, son muchas para Juani, pocas para don José, pobres para Alfonsa y a quién se le ocurre colocar esos lilium que echan un olor que no hay quien aguante. Por cierto, don Jorge (otro u otra) qué detalle los lilium, con lo bien que huelen.
·  Los bancos reservados para los papis en las comuniones. ¿Y no van a reservar para abuelos?
·  El aire acondicionado en verano, jamás en su punto justo.
· La llamada de teléfono a las a las 14:30 h. pidiendo concretar fecha para un bautizo. Es que estoy haciéndome la comida… Huy, disculpe… ¿pero no me podría hacer el favor de mirarlo?
·  Tres meses sin poner el mantel que regalaron los Martínez de la Putufuá.
· Los niños ¡ay los niños! Que si es que usted aguanta muy poco. Lo que pasa es que usted aguanta demasiado.
· Pues en la Iglesia de santa Veneranda lo hacen así.
· Media hora de sesión fotográfica tras bautizo. ¿Podrían ir saliendo, que tenemos misa en diez minutos? No, si encima de que venimos, nos echan.
· El día de catequesis de Vanessa, que no puede ser ni martes, ni jueves ni viernes, no quiere estar con María, pero sí con Beatriz, y que no le toque de catequista Puri.
· Pasarte, tras una boda, media hora barriendo arroz.

Creo que no hace falta seguir. Bueno, ahora seguro que tengo que añadir el de qué cura más antipático que por todo se molesta. Quizá tengan razón. Pero tampoco me apetece discutir.

Fuente; Infocatolica.com 

DIOS NO QUIERE ESCLAVOS, SINO HIJOS


Permitidme narrar un suceso de mi vida personal, ocurrido hace ya muchos años. Un día un amigo de buen corazón, pero que no tenía fe, me dijo, mientras señalaba un mapamundi: mire, de norte a sur, y de este o oeste. ¿Qué quieres que mire?, le pregunté. Su respuesta fue: el fracaso de Cristo. Tantos siglos, procurando meter en la vida de los hombres su doctrina, y vea los resultados. Me llené, en un primer momento de tristeza: es un gran dolor, en efecto, considerar que son muchos los que aún no conocen al Señor y que, entre los que le conocen, son muchos también los que viven como si no lo conocieran. 

Pero esa sensación duró sólo un instante, para dejar paso al amor y al agradecimiento, porque Jesús ha querido hacer a cada hombre cooperador libre de su obra redentora. No ha fracasado: su doctrina y su vida están fecundando continuamente el mundo. La redención, por Él realizada, es suficiente y sobreabundante.

Dios no quiere esclavos, sino hijos, y respeta nuestra libertad. La salvación continúa y nosotros participamos en ella: es voluntad de Cristo que —según las palabras fuertes de San Pablo— cumplamos en nuestra carne, en nuestra vida, aquello que falta a su pasión, en beneficio de su cuerpo, que es la Iglesia. 

Vale la pena jugarse la vida, entregarse por entero, para corresponder al amor y a la confianza que Dios deposita en nosotros. Vale la pena, ante todo, que nos decidamos a tomar en serio nuestra fe cristiana. 

Al recitar el Credo, profesamos creer en Dios Padre todopoderoso, en su Hijo Jesucristo que murió y fue resucitado, en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Confesamos que la Iglesia, una santa, católica y apostólica, es el cuerpo de Cristo, animado por el Espíritu Santo. Nos alegramos ante la remisión de los pecados, y ante la esperanza de la resurrección futura. Pero, esas verdades ¿penetran hasta lo hondo del corazón o se quedan quizá en los labios? El mensaje divino de victoria, de alegría y de paz de la Pentecostés debe ser el fundamento inquebrantable en el modo de pensar, de reaccionar y de vivir de todo cristiano.

viernes, 26 de mayo de 2017

SABES ¿CUÁL ES EL VERDADERO SENTIDO DEL "ME GUSTA"?


El verdadero Me gusta es el Me gusta del encuentro: Me gusta ser tu amigo.

WhatsApp, Facebook e Instagram fueron creados para poder compartir información y comunicarnos con personas que nos interesan, pero que no están cerca de nosotros; así podemos mandar mensajes, compartir historias y fotografías con quienes no están a nuestro lado. Las cosas que compartimos pueden ser calificadas por nuestros amigos con un Me gusta. Así podemos saber cuánta gente vio lo que subimos, y seamos sinceros: a todos nos gusta recibir Me gusta, muchos Me gusta.

Recibir un Me gusta en redes sociales es relativamente fácil: subes una fotografía, la ven tus amigos y familiares y le dan Me gusta sin pensarlo mucho. Las cosas que llaman más la atención reciben más Me gusta y se vuelven virales: más gente las ve, más gente las comparte y se transmiten como si fueran un virus.

Compartir algo no tiene complicación alguna: simplemente eliges una fotografía en la que te gusta cómo te ves (y descartas las otras muchas que tomaste), la subes a tus redes sociales, te olvidas de ello (si puedes) por un par de horas, y cuando vuelves ya tienes varios Me gusta. La ventaja y el problema de las fotografías y los vídeos es que son estáticos, porque mientras la gente los ve tú no tienes que escuchar, no tienes que poner atención, no tienes que responder, ni te cansas de sonreír. Ese Me gusta está bien, pero es el más barato de todos.

El verdadero Me gusta es el Me gusta del encuentro. Ése es mucho más valioso; es el que se gana en la vida real, en las conversaciones diarias, en el mutuo intercambio en el que no hay tiempo para elegir una cara de entre 10 posibles: tienes que sonreír y ser amable de principio a fin; y eso en ocasiones sí puede ser cansado.

Ese deseo por obtener un Me gusta debe mantenerse durante todo el tiempo con la otra persona, quien por cierto, también está buscando un Me gusta. Ahí no basta con sonreír al inicio de una conversación, no basta ser amable por un momento, porque en el encuentro con quienes te rodean tu actitud no se suspende en una imagen ni queda dentro de un guion de video que tú ya conoces; en la vida real tu rostro expresa inmediatamente lo que llevas dentro, y todo lo que quisieras llevar dentro.

Espero no convertirme en un buscador de los Me gusta de la gente de fuera y lejos sin primero luchar con avidez y sinceridad por los Me gusta de la gente a mí alrededor, de los más cercanos: mis hermanos, mis papás, mis compañeros de trabajo. En esas relaciones es donde me doy cuenta de quién soy verdaderamente. Es cierto que no podemos agradar a todos, ni debemos intentarlo falsamente. Pero creo que todos estamos llamados a ser fuentes de paz, de alegría y de esperanza. Esos Me gusta no quedan registrados en ningún lado… o tal vez, sólo en el corazón de quienes nos conocen.

No digo que renunciemos a las redes sociales, no. Pero que nuestro esfuerzo por conseguir un Me gusta no se quede ahí, que no olvidemos la belleza de contemplar e interactuar con un rostro vivo ofreciendo también nosotros lo mejor que tenemos; necesitamos al otro y el otro nos necesita. Vivamos la vida real. Que cada mañana nos levantemos con la sincera intención de tratar a los demás de tal manera que puedan decir: Me gusta platicar contigo, Me gusta escucharte, Me gusta ser tu amigo.

CUAL ES EL ROL DE MARÍA EN NUESTRA SALVACIÓN


Al discutir sobre la persona y rol de María, Madre de Jesús, siempre deben ser evitados dos extremos. El primero es el que llamamos el del exceso Mariano. Esto significa poner a la Bienaventurada Virgen al nivel de lo divino, asignarle a María una naturaleza divina que le otorgue igualdad con Dios mismo. Esto, por supuesto viola la verdad revelada, la completa aunque exaltada humanidad de María. Aunque históricamente ha habido pocas ocasiones cuando la Madre de Jesús ha sido puesta como una “diosa”, no obstante, resulta un exceso Mariano que es obviamente, un grave peligro para la fe Cristiana.

El segundo extremo en relación a la persona y rol de la Bienaventurada Virgen, es lo que podemos llamar deficiencia Mariana.

Esto significa minimizar el rol de la Bienaventurada Virgen. ¿Qué se está significando con minimizar el rol de María? Sería el asignarle a María el rol de ser sólo una “buena discípula”, una “hermana del Señor”, un mero “canal físico de Jesús”, pero nada más allá de esto.

Desafortunadamente es este segundo extremo que es encontrado  hoy más ampliamente. Este extremo también viola la verdad revelada sobre la Bienaventurada Virgen, puesto que María es revelada, como hablaremos de ello, como intercesora y como Madre Espiritual. El negarle a María el rol de Madre Espiritual es negar ese aspecto tan central en su propia identidad y su relación con Cristo y su Cuerpo, la Iglesia.

Como veremos, hay ejemplos claros en la Escritura del rol de María como intercesora y Madre Espiritual en lugares tales como en las bodas de Caná, Juan 2:1, donde María intercede por el primer milagro de Jesús, lo mismo que en Juan 19:26, donde se le otorga al pie de la Cruz, el rol de Madre Espiritual de Juan, el discípulo amado, y posteriormente de todos los discípulos del Señor.

Podemos encontrar estos dos extremos, exceso Mariano y defecto Mariano, referido en una declaración del Concilio Vaticano II, en relación al balance adecuado de la devoción Mariana:

[El Sínodo] exhorta encarecidamente a los teólogos y a los predicadores de la divina palabra, que se abstenga con cuidado tanto de toda falsa exageración como también de una excesiva estrechez de espíritu, al considerar la singular dignidad de la Madre de Dios. Cultivando el estudio de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres y doctores y de las liturgias de la Iglesia, bajo la dirección del Magisterio, ilustren rectamente los dones y privilegios de la Bienaventurada Virgen, que siempre están referidos a Cristo, origen de toda verdad, santidad y piedad. (Lumen Gentium, No. 67)

Y TU ¿CÓMO TE ESTAS PREPARANDO PARA EL PENTECOSTÉS?


Los Hechos de los Apóstoles, al narrarnos los acontecimientos de aquel día de Pentecostés en el que el Espíritu Santo descendió en forma de lenguas de fuego sobre los discípulos de Nuestro Señor, nos hacen asistir a la gran manifestación del poder de Dios, con el que la Iglesia inició su camino entre las naciones. La victoria que Cristo —con su obediencia, con su inmolación en la Cruz y con su Resurrección— había obtenido sobre la muerte y sobre el pecado, se reveló entonces en toda su divina claridad.

Los discípulos, que ya eran testigos de la gloria del Resucitado, experimentaron en sí la fuerza del Espíritu Santo: sus inteligencias y sus corazones se abrieron a una luz nueva. Habían seguido a Cristo y acogido con fe sus enseñanzas, pero no acertaban siempre a penetrar del todo su sentido: era necesario que llegara el Espíritu de verdad, que les hiciera comprender todas las cosas. Sabían que sólo en Jesús podían encontrar palabras de vida eterna, y estaban dispuestos a seguirle y a dar la vida por Él, pero eran débiles y, cuando llegó la hora de la prueba, huyeron, lo dejaron solo. El día de Pentecostés todo eso ha pasado: el Espíritu Santo, que es espíritu de fortaleza, los ha hecho firmes, seguros, audaces. La palabra de los Apóstoles resuena recia y vibrante por las calles y plazas de Jerusalén.

Los hombres y las mujeres que, venidos de las más diversas regiones, pueblan en aquellos días la ciudad, escuchan asombrados. Partos, medos y elamitas, los moradores de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y del Asia, los de Frigia, de Pamfilia y de Egipto, los de Libia, confinante con Cirene, y los que han venido de Roma, tanto judíos como prosélitos, los cretenses y los árabes, oímos hablar las maravillas de Dios en nuestras propias lenguas. Estos prodigios, que se obran ante sus ojos, les llevan a prestar atención a la predicación apostólica. El mismo Espíritu Santo, que actuaba en los discípulos del Señor, tocó también sus corazones y los condujo hacia la fe.

Nos cuenta San Lucas que, después de haber hablado San Pedro proclamando la Resurrección de Cristo, muchos de los que le rodeaban se acercaron preguntando: —¿qué es lo que debemos hacer, hermanos? El Apóstol les respondió: Haced penitencia, y sea bautizado cada uno de vosotros en nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Aquel día se incorporaron a la Iglesia, termina diciéndonos el texto sagrado, cerca de tres mil personas.


La venida solemne del Espíritu en el día de Pentecostés no fue un suceso aislado. Apenas hay una página de los Hechos de los Apóstoles en la que no se nos hable de Él y de la acción por la que guía, dirige y anima la vida y las obras de la primitiva comunidad cristiana: Él es quien inspira la predicación de San Pedro, quien confirma en su fe a los discípulos, quien sella con su presencia la llamada dirigida a los gentiles, quien envía a Saulo y a Bernabé hacia tierras lejanas para abrir nuevos caminos a la enseñanza de Jesús. En una palabra, su presencia y su actuación lo dominan todo. 

jueves, 25 de mayo de 2017

EL SIGNIFICADO DEL FUEGO



En nuestras celebraciones:
·     Aparece en forma de lámparas y cirios encendidos durante la celebración o delante del sagrario. Aparte del simbolismo de la luz entra aquí también esa misteriosa realidad que se llama fuego: la llama que se va consumiendo lentamente mientras alumbra, embellece, calienta, dando sentido familiar a la celebración.
·     Vigilia de Pascua: Es la celebración que queda enriquecida de modo más explícito con el simbolismo del fuego. La hoguera que arde fuera de la Iglesia y de la que se va a encender el Cirio Pascual remite intensamente al triunfo de la luz sobre las tiniebla, del calor sobre el frío, de la vida sobre la muerte. De allí partirá la procesión con su festivo grito: "Luz de Cristo", y la luz se irá comunicando progresivamente a cada uno de los participantes. El simbolismo de la luz está realmente muy aprovechado en el lenguaje festivo de la Noche Pascual. Pero en su raíz está el fuego que tiene sus direcciones propias y riquísimas.

Su simbolismo natural

El lenguaje del fuego tiene en nuestra sensibilidad humana y social, una interesante serie de sentidos. El fuego calienta, consume, quema, ilumina, purifica, es fuente de energía. Es origen de innumerables beneficios para la humanidad, pero también destruye, castiga, asusta y mata. Es un elemento bienhechor pero a la vez  peligroso. Un rayo o un incendio pueden generar calamidades enormes. Sin el fuego no podemos vivir, pero puede causarnos también la muerte. No es nada extraño que en torno a este misterioso elemento natural se haya creado todo un simbolismo:

·        Para expresar la presencia misma de la divinidad, invisible pero fuerte, incontrolable, purificadora, castigadora.
·        O para designar los sentimientos humanos, como la pasión, que está escondida pero que puede alcanzar una fuerza inaudita, para bien o para mal: el amor, el odio, el entusiasmo...etc.
·        El fuego es también la imagen del calor familiar, el crepitar de la llama en el hogar ilumina la vida, ahuyenta el frío, da alegría y sensación de bienestar.
   
En la Revelación:

Para saber toda la densidad de significado que el fuego puede llegar a tener y lo que puede expresar también en nuestras celebraciones, no hay mejor medio que repasar, que de lo que él dicen el Antiguo y Nuevo Testamento. Ante todo, el fuego sirve para expresar de algún modo lo que es imposible de expresar: la presencia misteriosa de Dios mismo en la historia humana.

Recordemos el misterioso episodio de la zarza que arde sin consumirse (Ex 3). Moisés se acerca a un lugar que en seguida reconoce como sagrado, y oye la voz "Yo soy el Dios de Abraham...". También es con el fuego con el que se simboliza el juicio de Dios, como el fuego que penetra a todo ser existente, lo pone en evidencia, lo purifica o lo castiga. (Véase: Dan. 7,10 ; Gen 19 ; Is 66,16)

miércoles, 24 de mayo de 2017

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ LOS DIVERSOS COLORES EN LA CELEBRACIÓN LITÚRGICA?


El color como uno de los elementos visuales más sencillo y eficaces, quiere ayudarnos a celebrar mejor nuestra fe. Su lenguaje simbólico nos ayuda a penetrar mejor en los misterios celebrados: "La diversidad de colores en las vestiduras sagradas tiene como fin expresar con más eficacia, aun exteriormente tanto las características de los misterios de la fe que se celebran como el sentido progresivo de la vida cristiana a lo largo del año litúrgico." (Misal romano - IGMR 307)

martes, 23 de mayo de 2017

AMBIENTE COLOQUIAL, CERCANO Y MUY FRATERNO


El papa Francisco recibió este lunes en el Vaticano a los obispos de Guatemala en visita Ad Limina. Mons. Gonzalo de Villa, obispo de Sololá- Chimaltenango, y presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala conversó hoy con ZENIT sobre el encuentro.

En particular profundizó la problemática de las migraciones de su país hacia Estados Unidos, tema que seguramente entrará en la audiencia que este miércoles el Santo Padre concederá al presidente estadounidense Ronald Trump.

¿Cómo fue este encuentro, de qué hablaron?
Mons. Gonzalo: Fue muy bonito, estuvimos casi dos horas con él en un ambiente coloquial, muy cercano y muy fraterno. Pudimos tocar una diversidad de temas, algunos por iniciativa nuestra, algunos por preguntas o comentarios que el mismo Papa nos fue haciendo. Salimos todos muy contentos y a gusto de haber sentido su cercanía, y también gracias la facilidad del idioma. Nuestra experiencia del día de ayer fue muy hermosa.

¿Cuándo inició y concluye la visita?
Mons. Gonzalo: La visita inició ayer lunes a las 7 de la mañana, con una misa en la basílica de San Pedro y concluye el próximo viernes.

¿Conversaron del tema de las migraciones? ¿Cómo influye en un país de 16 millones de personas?
Mons. Gonzalo: Sí, además sobre el tema el Papa recibirá mañana al presidente Trump. En nuestro caso tenemos 3 millones de guatemaltecos en Estados Unidos. La migración por un lado es una bendición pero por otro una maldición. Tiene una ventaja inmensa, el año pasado el país recibió 6.000 millones de dólares, el siguiente producto de exportación fue el café que llegó a 1.000 millones. Además las remesas se redistribuyen mucho más que cualquier otro producto que se concentra en comerciantes, intermediarios etc. De otro lado permite que muchas familias vivan de este dinero que llega del norte. Eso invita a que otros se sigan yendo, entretanto muchos de los que se van son hombres casados, que siguen enviando dinero pero inician otra familia en el norte. La migración genera problemas graves.

¿Por qué sucede esto en un país relativamente rico?
Mons. Gonzalo: El problema es que el país no tiene capacidad de general empleo especialmente en las zonas donde vive más gente y hay menos empleos.

¿Y no hay inversiones?
Mons. Gonzalo: Otro de los grandes problemas que tenemos es que en el interior del país se ha creado una gran aversión hacia la inversión extranjera, y esa reacción señala que todo el que viene es para saquearnos. La experiencia indica que los empleos que se pueden generar a nivel local son mínimos o peor aún, ilegales, llámese contrabando o narcotráfico.

Un policía me decía que en el municipio en el que veía más delincuencia juvenil era justamente en donde más personas emigraron, creando la peor combinación para un adolescente: no tienen la autoridad paterna presente, pero sí dinero que les llega desde Estados Unidos. O sea que se reemplaza la autoridad con los regalos. La educación de ellos es pésima.

El Santo Padre les habrá animado a proseguir en vuestra tarea…

Mons. Gonzalo: El Papa conoce bastante esta realidad por lo temas de Aparecida, y lo dicho en la Evangelii Gaudium, la Amoris Laetitia, y por su puesto la Laudato Si’. Todos son temas que nos tocan mucho, a la población indígena y a todo el mundo. El respeto a la creación está en el trasfondo cultural de la población indígena. En eso hay una gran sintonía con el Papa y lo que él plantea.

¿De qué otros temas hablaron?
Mons. Gonzalo: Salió el tema de las sectas y su crecimiento, está eso que es parte de la sociedad líquida, la gente sale aquí vuelve allá, el grado de fidelidad es mucho menor y esto se vive en la religión, en la política, en el matrimonio; la cultura no es un factor que promueva la fidelidad. Pero por otro lado nuestras iglesias están repletas, con mucha juventud. Y hemos construidos en los diez años que estoy en mi diócesis, unos 100 templos, algunos con la capacidad 1.000 o 1.500 personas sentadas. El 80 por ciento con recursos y sacrificios locales. Los párrocos tienen que ‘salir’, pero la demanda es masiva y son muchos que vienen. De todos modos hay que salir hacia los que se han alejado.

¿Han invitado al Papa a Guatemala?
Mons. Gonzalo: Sí, claro y le leí una carta muy bonita de una parroquia de mi diócesis en donde el párroco que estaba allí fue asesinado en 1981. Y este año, el 23 de septiembre será beatificado. Le regalamos al papa su retrato. Es Francis Stanley Rother, un estadounidense que aprendió la lengua local, el tzutujil. Este tema del pasado martirial está presente en la Iglesia y en la labor que la Iglesia desarrolla.

Fuente; Zenit 

domingo, 21 de mayo de 2017

LA VERDAD SOBRE MARÍA


Santa María, Madre de Dios, tu has dado al mundo su verdadera luz, Jesús, tu Hijo, el Hijo de Dios. Te has entregado por completo a la llamada de Dios y te has convertido así en fuente de la bondad que mana de Él. Muéstranos a Jesús. Guíanos hacia Él. Enséñanos a conocerlo y amarlo, para que también nosotros podamos ser capaces de un verdadero amor y ser fuentes de agua viva en medio de un mundo sediento.

ALGUNAS FOTOGRAFÍAS EN LA FESTIVIDAD DE SAN BERNARDINO DE SIENA












viernes, 19 de mayo de 2017

¡CANTAMOS MUY ALEGRES TU SANTIDAD!


En víspera de su fiesta recordamos lo que fue; San Bernardino fue el más famoso predicador del 1400 y sus sermones sirvieron de modelos de predicción para muchos oradores en los siglos siguientes.

Nació cerca de Siena en Italia en el año 1380. Su padre era gobernador. El niño quedó huérfano de padre y madre a los siete años. Dos tías se encargaron de su educación y lograron formarlo lo mejor posible en ciencias religiosas y darle una educación muy completa. Sus estudios de bachillerato los hizo con tal dedicación que obtuvo las mejores notas.

Era muy simpático en el trato y las gentes gozaban en su compañía. Pero cuando oía a alguien que empleaba un vocabulario grosero y atrevido le corregía con toda valentía, para que abandonara esa mala costumbre.

Era muy bien parecido y un día un compañero lo incitó a cometer una acción impura. Bernardino le respondió dándole una sonora bofetada. Otro día un estudiante invitó a los compañeros del curso a cometer impurezas y Bernardino los animó a todos contra el impuro y le lanzaron barro y basura por la cara hasta hacerlo salir huyendo. Pero en el resto de su vida Bernardino fue siempre un modelo de amabilidad y bondad.

De joven se afilió a una asociación piadosa llamada "Devotos de Nuestra Señora" que se dedicaba a hacer obras de caridad con los más necesitados. Y sucedió que en el año 1400 estalló en Siena la epidemia de tifo negro. Cada día morían centenares de personas y ya nadie se atrevía a atender los enfermos ni a sepultar a los muertos, por temor a contagiarse. 

Entonces Bernardino y sus compañeros de la asociación se dedicaron a atender a los apestados. Trabajaban de día y de noche. Bernardino preparaba muy bien a los que ya se iban a morir, para que murieran en paz con Dios y bien arrepentidos de sus pecados. Y como por milagro, este grupo de jóvenes se libró del contagio de la peste del tifo. Pero cuando pasó la enfermedad, Bernardino estaba tan débil y sin alientos, que estuvo por varios meses postrado en cama, con alta fiebre. Esto le disminuyó mucho las fuerzas de su cuerpo, pero le sirvió enormemente para aumentar la santidad de su alma.

Cuando ya recobró otra vez su salud, de vez en cuando se alejaba de casa y a quienes le preguntaba a dónde se dirigía les respondía: "Voy a visitar a una personita de la cual estoy enamorado". La gente creía que era que se iba a casar, pero un día sus tías le siguieron los pasos y se dieron cuenta de que se iba a una ermita donde había una estatua de la Virgen Santísima y allí le rezaba con gran fervor.

En el año 1402 entró de religioso franciscano. Lo recibieron en un convento cercano a su familia, pero como allí iban muchos amigos a visitarlo pidió que lo enviaran a otro más alejado y donde la disciplina era muy rígida, y así en el silencio, la oración y la mortificación se fue santificando.

Nuestro santo nació el día de la fiesta del nacimiento de la Santísima Virgen, el 8 de septiembre. Y en esa misma fecha recibió el bautismo. Y también un 8 de septiembre recibió el hábito de franciscano y en ese gran día de la Natividad de Nuestra Señora recibió la ordenación sacerdotal (en 1404). Fue pues siempre para él muy grata y muy significativa esta santa fecha.

Los primeros 12 años de sacerdocio los pasó Bernardino casi sin ser conocido de nadie. Vivía retirado, dedicado al estudio y la oración. Dios lo estaba preparando para su futura misión. 

jueves, 18 de mayo de 2017

LOS NOVIOS Y LOS CASADOS


Los novios y los casados han sido llamados por Dios a realizar un misterio de gracia muy grande: el matrimonio. El mismo Dios es quien lo ha inventado. Él, al crear al hombre y la mujer, quiso que se unieran con un vínculo de amor perpetuo, y que fuera en ese marco sagrado donde se produjera la transmisión de la vida humana.

Al principio de todo, «creó Dios al hombre a su imagen; varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo Dios: Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla» (Gén 1,27-28).

De Dios parte, por consiguiente, el impulso humano familiar y laboral. Pero nosotros, los hombres, a lo largo de la historia, hemos desfigurado y estropeado tanto el matrimonio -adulterios, divorcios, poligamia simultánea o sucesiva, concubinatos, anticoncepción, abortos, escasa y mala educación de los hijos- que ya casi ni alcanzamos a conocer su naturaleza original.

Ya comprendemos, pues, que tendrá que ser el mismo Dios quien nos descubra de nuevo el sentido profundo del matrimonio y nos dé su gracia para poder vivirlo. Pues bien, esto es precisamente lo que hace Cristo Salvador. Él salva el matrimonio, lo purifica de errores y de corrupciones, lo eleva en el orden de la gracia, y le da una plenitud de bondad y de belleza. Gran maravilla es el sacramento del matrimonio.