jueves, 6 de julio de 2017

EL ALCOHOLISMO ¿ES MALO?


El alcohol, desde el punto de vista bíblico, no es malo en sí mismo, sino el uso que le demos. El alcohol procede de vegetales, de plantas, seres vivos creados por Dios. No es malo de por sí lo que Dios ha creado, sí puede serlo el mal uso que hagamos seres pecaminosos y tan tendentes a equivocarnos como somos los hombres.

¿Nos advierte la Biblia frente al alcohol? Indudablemente:

Proverbios 20:1: “El vino lleva a la insolencia, y la bebida embriagante al escándalo; ¡nadie bajo sus efectos se comporta sabiamente!”

Proverbios 21:17: “El que ama el placer se quedará en la pobreza; el que ama el vino y los perfumes jamás será rico”.

Proverbios 23:20: “No te juntes con los que beben mucho vino, ni con los que se hartan de carne, pues borrachos y glotones, por su indolencia, acaban harapientos y en la pobreza”.

1 Corintios 6:10: “Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”.

Efesios 5:18: “No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu”.

1 Timoteo 3:8: “Los diáconos, igualmente, deben ser honorables, sinceros, no amigos del mucho vino ni codiciosos de las ganancias mal habidas”.

Tito 1:7: “El obispo tiene a su cargo la obra de Dios, y por lo tanto debe ser intachable: no arrogante, ni iracundo, ni borracho, ni violento, ni codicioso de ganancias mal habidas”.

Tito 2:3: “A las ancianas, enséñales que sean reverentes en su conducta, y no calumniadoras ni adictas al mucho vino. Deben enseñar lo bueno”.

En Deuteronomio 21 se establecía como castigo, en la nación de Israel, la muerte para el hijo que fuera rebelde contumaz y borracho (¿se imaginan eso hoy con los botelloneros actuales? ¡La población juvenil acabaría casi diezmada!).

“Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá”.

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