Quiero agradecer a Dios por
un aniversario más de ordenación sacerdotal, un regalo tan grande en las manos
de un hombre envuelto de debilidades. Agradecer a Dios por todas las personas
que día a día rezan por los sacerdotes. Y en esta festividad de nuestra Madre,
me encomiendo y encomiendo a todos los sacerdotes especialmente mis compañeros
de mi ordenación sacerdotal.
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