Dichoso el hombre de
conducta intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus
enseñanzas y lo busca de todo corazón.
Tú, Señor, has dado
tus preceptos para que se observen exactamente. Ojalá que mis pasos se
encaminen al cumplimiento de tus mandamientos.
Favorece a tu siervo
para que viva y observe tus palabras. Ábreme los ojos para ver las maravillas
de tu voluntad.
Muéstrame, Señor, el
camino de tus leyes y yo lo seguiré con cuidado. Enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón.
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