¿Por
qué no lo reconocieron?
-La
Magdalena lloraba…”¿Mujer, por qué lloras?”
-Los
Once incrédulos…”Creían ver un fantasma”
-Las
mujeres con miedo…”¡No tengáis miedo!”
-Cleofás
y su compañero sin esperanza…”Fue un profeta…esperábamos…”
Sin
embargo…
-¡María!...y
ella se volvió y le dijo: Maestro!
-Les
mostró las manos y los pies…y por la alegría estaban admirados…
-Jesús salió
a su encuentro…y ellas se acercaron y lo adoraron
-¿No
ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros por el
camino?
¿Y
nosotros?
El
llanto, el miedo, la falta de fe, la desesperación, nos impiden ver a
Jesús. Él está muy cerca, camina a nuestro lado, está con nosotros y
cuando nos damos cuenta de ello, llega la alegría, la paz, la fe, la
esperanza….
¿Con
qué ojos miramos al Señor?
+ p. Lee Adler
Miércoles, 8 de abril
de 2015
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