La sagrada familia |
María y José
constituyen una familia: son esposos. María es la madre de Jesús; José, aunque
no lo sea biológicamente, es quien, por encargo de Dios, ha de entregar su vida
al amor a María y al cuidado y la educación de Jesús, es su padre. Nosotros la
llamamos la Sagrada Familia. Toda familia es sagrada, se basa en el amor. “Dios
nos amó primero”, dice san Juan. El amor está enraizado en Dios. Como también
la nueva vida que surge en la familia.
Todo hijo es un
misterio que toma carne en la familia. Por tener un hijo se felicita a sus
padres, porque supone el acontecimiento más gozoso que les puede acontecer.
Pero es un gozo que implicará dolor, como vemos en el episodio del evangelio de
la presentación del Niño en el templo. Los hijos también hay que padecerlos. La
paternidad, la maternidad exigen renuncias. Se lo exigió a María y José. Ser
padre es un reto, supone enfrentarse a situaciones de conflicto. Constatar esto
no debe desaconsejar de tener hijos, como sucede con frecuencia en los matrimonios
jóvenes.
Concelebrando en la Capilla "La Sagrada Familia" Nazaret |
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