lunes, 1 de diciembre de 2014

SI USTEDES NO PERDONAN DE CORAZÓN...


Dios nos perdona pero sólo si nosotros queremos, si se lo pedimos, si nos arrepentimos y si perdonamos al prójimo. Si no se dan estos requisitos, Dios no puede perdonarnos. Por eso Jesús nos enseñó a pedir en el Padrenuestro: “Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.

Cada vez que uno perdona, opta por cancelar la deuda moral que el otro ha contraído con su proceder. Al perdonar al otro, lo libero en cuanto deudor, pero no suprimo la ofensa como si nunca hubiera existido. Eso solamente lo puede hacer Dios. Perdonar, pues, implica pedir a Dios que perdone.

Fuente; Catholic.net

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