sábado, 23 de noviembre de 2019

JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO Y DE LOS CORAZONES



De vez en cuando nos llega la noticia de grandes festejos organizados por un pueblo en honor de su soberano en circunstancias particulares. Hoy es todo el pueblo cristiano quien hace fiesta a su Soberano y Rey. Un reino, que el prefacio de hoy define «de la verdad y de la vida, de la santidad y de la gracia, de la justicia, el amor y la paz». Dice san Pablo en la segunda lectura, que arrancándonos del reino de las tinieblas el Padre nos ha trasladado al reino de su Hijo, en el que tenemos «la redención y la remisión de los pecados».
La solemnidad de hoy, en cuanto a su institución, es bastante reciente. De hecho, fue instituida por el papa Pío XI, en 1925, en respuesta a los regímenes políticos ateos y totalitarios, que negaban los derechos de Dios y de la Iglesia. El clima del que nació la fiesta es atestiguado, por ejemplo, por la revolución mexicana, cuando muchos cristianos fueron a la muerte gritando hasta el último momento: «¡Viva Cristo rey!»
Pero, si la institución de la fiesta es reciente, no lo es así su contenido y su idea central, es antiquísima y se puede decir que nace con el cristianismo. La solemne proclamación de fe: «Jesús es el Señor» con la que muchos mártires de los primeros siglos iban al martirio, poniendo su lealtad a Cristo por encima de la del emperador.
Es conmovedor hacer notar en el evangelio de hoy una cosa. En él se refiere que, en el momento de su muerte, sobre la cabeza de Cristo colgaba el escrito: «Éste es el rey de los judíos» y los circunstantes le desafiaban para que mostrara abiertamente su realeza: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Muchos, incluso, de entre sus amigos esperaban una demostración espectacular de su realeza en el último momento. Pero, él escoge demostrar su realeza preocupándose de un solo hombre, que, además, era un malhechor:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino... le respondió: ... Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso”».
Desde esta perspectiva la pregunta más importante para plantearnos en la fiesta de Cristo Rey no es si él reina o no en el mundo, sino si reina o no dentro de mí; no si su realeza es reconocida por los estados y por los gobiernos, sino si es reconocida y vivida por mí. ¿Cristo es Rey y Señor de mi vida?
Según san Pablo existen dos posibles modos de vivir: o «para sí mismos» o «para el Señor». Escribe: «Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo; como tampoco muere nadie para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos.

miércoles, 16 de octubre de 2019

MISA DE LA CARIDAD

Hospital Nacional de Chimaltenango


Personas que están junto a los enfermos que tienen necesidad de una asistencia continuada, de una ayuda para lavarse, para vestirse, para alimentarse. Cuántos cristianos dan testimonio también hoy, no con las palabras, sino con su vida radicada en una fe genuina, y son «ojos del ciego» y «del cojo los pies».

Este servicio, especialmente cuando se prolonga en el tiempo, se puede volver fatigoso y pesado. Es relativamente fácil servir por algunos días, pero es difícil cuidar de una persona durante meses o incluso durante años, incluso cuando ella ya no es capaz de agradecer. Y, sin embargo, ¡qué gran camino de santificación es éste! En esos momentos se puede contar de modo particular con la cercanía del Señor, y es también un apoyo especial para la misión de la Iglesia.





domingo, 8 de septiembre de 2019

JESÚS NAZARENO DE PAYOLÁ


Jesús Nazareno de Payolá

Su historia se pierde en el tiempo sin dejar de situarse en el año 1600; cuando según la tradición fue donada por el caballero español apellidado Payolá que lo veneraba en la hacienda de su propiedad ubicada en el paraje de la región denominada “Los Pinos”; a El Calvario de la villa de Chimaltenango, lugar en donde por largos años fue muy venerado por los pueblos aledaños que lo visitaban en romerías.

Al correr de tantos años de veneración al Señor de Payolá, como cariñosamente le llama el pueblo, en el año 1976 después del terremoto que azotó nuestra república, y a raíz de los daños causados por esto fue llevado a restauración, la cual se realizó en la Antigua Guatemala, corriendo con los gastos la señora Helen Lossi de Laugerud, en ese entonces Primera Dama de la Nación.

Fue así como un grupo de personas devotas a tan Venerada Imagen se organizan para constituirse más adelante como hermandad, con la autorización del párroco Eduardo Fuentes Duarte.

A principios de septiembre de ese mismo año, ya conformada la hermandad, realiza las gestiones necesarias ante las autoridades Religiosas, Civiles y Militares, para la Consagración de tan bella Imagen.

Llevando a cabo tan trascendental acontecimiento el día 14 de septiembre de ese mismo año a las 10 de la mañana con la Santa Misa Solemne y con el Ritual Litúrgico correspondiente. Oficiado por el primer Obispo de la Diócesis de Sololá-Chimaltenango, Monseñor Angélico Melotto, realizándose dicho acto en la iglesia en construcción.

Jesús Nazareno de Payolá se convierte así en la primera imagen consagrada en el departamento de Chimaltenango y única del municipio, hasta nuestros días. Dicho día de gozo para la Iglesia chimalteca, quedo grabado en el recuerdo de este pueblo que entonces lo aclamó  y engalanó con el festejo que en su honor se llevó a cabo, en la entonces iglesia parroquial y lugares aledaños a la misma.







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