Vista aérea |
Este asombroso edificio está diseñado como una sucesión de cerramientos continuos, generados por muros curvos. Las distintas áreas de la iglesia están definidas por el color de la luz: amarillo en el presbiterio, azul en la nave, blanco en el altar y en el baptisterio-capilla penitencial, y una luz intensamente roja en la capilla del Santísimo Sacramento.
La aspiración del arquitecto era lograr una obra de arte total, por lo que diseñó personalmente todo el mobiliario litúrgico. Preside el templo un gran crucifijo y una imagen de la Virgen María con el Niño, realizada en bronce por los escultores Pablo Serrano y José Luis Sánchez, respectivamente.
El campanario destaca por su plasticidad y belleza. Escultórico y esbelto contrasta de manera puntual con la iglesia, sirviendo de punto de referencia desde la costa de Santa Cruz casi como un faro diurno.