El gran reto que
vemos en muchas parroquias es la formación de los jóvenes y especialmente la
asistencia en la misa. Vivir en un clima continuo de oración abre los corazones
al mundo divino. Esa apertura necesita ir acompañada por el estudio de todos,
tanto de los padres como de los hijos, para conocer a fondo el gran regalo de
la fe católica.
Vamos a comenzar
las catequesis, medio para que los niños y jóvenes se preparen a la primera
Comunión y a la Confirmación. Animar a
sus hijos. Interesarse para que
aprendan. Preocuparse de que asistan a sus catequesis. No sean indiferentes a esta etapa de la
educación de la fe de sus hijos.
En sus casas
procure La lectura y el estudio de la
Biblia, especialmente de los Evangelios, resultan un momento esencial para
conocer la propia fe.
La lectura del
Catecismo permite conocer la fe católica en sus aspectos más importantes.
Además, une a la familia con toda la Iglesia, al acercarse todos y cada uno a
aquellas enseñanzas que nos permiten tener vivos y actualizados contenidos que
no son simple “doctrina”, sino que nos ponen en contacto con Cristo y con su
Cuerpo Místico: con el Papa, los obispos, los sacerdotes, los demás creyentes;
con la Iglesia purgante (la que espera en el purgatorio) y con la Iglesia
triunfante (que ya participa en el Banquete de Bodas del Cordero).
A través de estas
lecturas, los padres estarán preparados para enseñar la doctrina católica en
casa, si esto fuera posible. Si los hijos van a clases de catecismo en la
parroquia o reciben clases de religión en la escuela, los padres ayudarán mucho
a sus hijos para ver si han entendido bien, si tienen dudas. Les preguntarán
los temas que están aprendiendo, no para “controlar”, sino para saber por dónde
van en la catequesis y así ayudarles a vivir lo que les explicaron.
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