La confesión personal |
El Papa Francisco describió la confesión como un don que cura el corazón y el pensamiento. Añadió que a veces la pereza, vergüenza o la pérdida del sentido del pecado hacen que se olvide su importancia.
El Papa se expresa así; queridos
hermanos y hermanas: La catequesis de hoy está centrada en el sacramento de la
Reconciliación. Este sacramento brota directamente del Misterio Pascual. Jesús
Resucitado se apareció a sus apóstoles y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo,
a quienes perdonen los pecados, les quedarán perdonados». Así pues, el perdón
de los pecados no es fruto de nuestro esfuerzo personal, sino un regalo, don
del Espíritu Santo que nos purifica con la misericordia y la gracia del Padre.
La Confesión, que se
realiza de forma personal y privada, no debe hacernos olvidar su carácter
eclesial. En la comunidad cristiana es donde se hace presente el Espíritu
Santo, que renueva los corazones en el amor de Dios y une a todos los hermanos
en un solo corazón, en Jesucristo. Por
eso, no basta pedir perdón al Señor interiormente; es necesario confesar con
humildad los propios pecados ante el sacerdote, que es nuestro hermano,
representa a Dios y a la Iglesia.
El ministerio de la
Reconciliación es un auténtico tesoro, que en ocasiones corremos el peligro de
olvidar, por pereza o por vergüenza, pero sobre todo por haber perdido el
sentido del pecado, que en el fondo es la pérdida del sentido de Dios. En
cambio, cuando nos dejamos reconciliar por Jesús, encontramos la paz verdadera.
Invito a todos a acercarse al sacramento de la Penitencia, confesarse, y recibir así el abrazo de la infinita misericordia del Padre, que nos está esperando para darnos un fuerte abrazo.
Invito a todos a acercarse al sacramento de la Penitencia, confesarse, y recibir así el abrazo de la infinita misericordia del Padre, que nos está esperando para darnos un fuerte abrazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te gustó el artículo, déjame tu comentario.