Señor nuestro
Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu
pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de
tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu
redención. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y
eres Dios por los siglos de los siglos.
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