Los obispos de Guatemala,
reunidos en Asamblea Plenaria, damos gracias a Dios y participamos a los
guatemaltecos nuestra alegría por la reciente beatificación del Padre Stanley
Rother, párroco de Santiago Atitlán, martirizado en el año 1981 al mismo tiempo
que celebramos la reciente noticia de la declaración martirial del Padre Tulio
Maruzzo y del catequista Luis Obdulio Arroyo, asesinados en Izabal en el mismo
año. Su martirio nos llena de esperanza y fortaleza.
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