Fotografía: el ojo del fotógrafo |
La armonía, el Espíritu Santo aparentemente, crea desorden en el Iglesia, porque produce diversidad de carismas, de dones; sin embargo, bajo su acción, todo esto es una gran riqueza, porque el Espíritu Santo es el Espíritu de unidad, que no significa uniformidad, sino reconducir todo a la armonía. En la Iglesia, la armonía la hace el Espíritu Santo, porque Él es precisamente la armonía.
La misión, El Espíritu Santo nos introduce en el misterio del Dios vivo, y nos impulsa a abrir las puertas, para anunciar y dar testimonio de la bondad del Evangelio, para comunicar el gozo de la fe, del encuentro con Cristo. El Espíritu Santo es el alma de la misión.