viernes, 16 de junio de 2017

FOTOGRAFÍAS DEL CORPUS CHRISTI PATZÚN






Jesús, en la última Cena, se hizo PAN. Cuando hablamos de pan todos entendemos que es un alimento que nos sustenta y nos fortalece. Jesús quiso ser eso para nosotros: un alimento, más bien espiritual que físico, pero que nos hiciera más fuertes por dentro. ¿Cómo? Pues transmitiéndonos, cuando comulgamos, todos los valores que Él vivió y enseño a sus discípulos. Comulgando de ese pan aprendemos a ser como fue Jesús.

Jesús también se hizo VINO. Y el vino expresa fiesta, alegría… Brindamos en los grandes momentos de nuestra vida. El vino es religioso porque con el Jesús quiso expresar que la vida, la fiesta y la alegría son la mejor manera de expresar nuestra religión.









Sí. Es alimento que fortalece y quita los pecados, dice santo Tomás de Aquino. Pero no es alimento que nos asimilemos a nosotros y lo hagamos como el alimento corporal, sino al contrario es un alimento que nos asimila y nos mete en la corriente sanguínea del mismo Dios.

Sacar el Cuerpo de Cristo a la calle indica una fe muy grande en Jesús, en que Él nos puede y nos quiere ayudar a vivir más felices. Al igual que el pan se transforma, por la fuerza del Espíritu Santo, en el Cuerpo de Cristo, al sacarlo a la calle los cristianos, también con la fuerza del Espíritu, tenemos la tarea de transformar a ese Cristo en pan para los más necesitados.






























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