Ánimo amigo; son momentos muy difíciles, pero recuerda
que las grandes batallas se les da a los mejores soldados. No estás solo en
esta batalla, nuestro hermano Jesús y mamá María jamás te han dejado solo.
Queridos hermanos, apoyemos a nuestro amigo con nuestras
oraciones, ofrezcamos nuestro trabajo y mortificaciones por la recuperación de
nuestro amigo-sacerdote.
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