Todos tenemos que conocer
esta realidad. Hacia el año 326 la emperatriz Helena, madre de Constantino,
realizó una peregrinación a Tierra Santa. Fue por entonces que identificó la
tumba de Jesucristo. Y desde entonces aquel lugar se convirtió en uno de los
santuarios más visitados a nivel mundial.
El sepulcro original quedó
debajo de los revestimientos que a lo largo de los siglos fueron cubriendo la
loza inicial en virtud del deseo de conservarlo (piénsese que hoy en día toda
la tumba está debajo de una basílica resguardada por varias denominaciones
cristianas).
Por razón de algunas
actividades de restauración emprendidas en la basílica del santo sepulcro (como
es mundialmente conocido el lugar) los revestimientos han sido retirados
permitiendo que arqueólogos y científicos accedan por primera vez a la
superficie exacta donde fue colocado el cuerpo de Jesús antes de la
resurrección. National Geographic se ha ocupado de documentar visualmente
estos trabajos históricos.
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