Así lo explica el padre Francisco Javier “Patxi” Bronchalo, sacerdote de la diócesis española de Getafe.
El sacerdote explicó que ese dedo sirve “para que los esposos lleven los anillos que se entregan el día de la Boda. ¿Y por qué en este dedo? ¡Porque es el dedo débil! Ni siquiera puede levantarse solo. De hecho ‘anular’ tiene que ver etimológicamente con ‘anulado’.
En este sentido, destacó que “los anillos de Matrimonio se ponen en ese dedo para que no se les olvide a los esposos que es en la debilidad donde más necesitan amarse. Ahí es donde todos necesitamos que nos quieran”.
“Quien nos quiera poco -continúa el sacerdote- nos querrá solo por lo positivo: por ser fuertes, simpáticos y generosos. ¿Pero quien nos quiere por nuestras miserias, por nuestras debilidades, por nuestros defectos? Solo quien nos quiera de verdad”.
El Matrimonio es para toda la vida, por eso es muy serio. Quererse toda la vida requiere aprender a amar al otro en la debilidad. ¿Recuerdan las palabras que pronunciaron ante el sacerdote en el momento del consentimiento? Les recuerdo: “Yo, N, te recibo a ti, N, como esposo/a y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida”.
Amar es aprender a recibir al otro y aprender a entregarse para que el otro te reciba. En la fortaleza y en la debilidad. Cuando esto se da las cosas van bien. Cuando una parte falle la cosa se complica. Necesitamos profundizar cada vez más y madurar la forma de amarnos.
“El Matrimonio es una Alianza para siempre, en lo próspero y en lo adverso. ¿Sabes el nombre que se le da a los anillos de boda? Exacto. Alianzas”, destacó.
Me gusta decir a los esposos que cuando tengan una dificultad y les cueste quererse se miren el anillo. Y que cuando haya un problema se pidan perdón y además se besen mutuamente el dedo anular con el anillo en señal de veneración y amor.
La debilidad propia nos va a acompañar toda la vida. Nuestra condición humana es débil, esto requiere aceptación. Por eso se pide la bendición de Dios con el Matrimonio, Dios no nos quiere por fuertes, nos quiere por débiles, tampoco vale excusarse en que se es débil para no cambiar. Cambiar y convertirse de lo negativo es un signo de amor al otro.
Fuente: ChurchPop
Impresionante!
ResponderEliminarGracias por leer.
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