lunes, 3 de diciembre de 2012

VALORAR A NUESTROS AMIGOS



El hombre con su caballo y su perro

       Un Hombre,  su caballo y su perro iban  por  una   carretera.  Cuando pasaban  cerca de un árbol enorme cayó  un  rayo  y  los  tres murieron fulminados.
   Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos andan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición).
   La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos.
     En una curva del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro.
    El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente  diálogo:
          Buenos días.
          Buenos días - Respondió el guardián
          ¿ Cómo se llama este lugar tan bonito?
          Esto es el cielo.
          Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos
       Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera. Y el guardián señaló la    fuente.
     Pero mi caballo y mi perro también tienen sed
    Lo siento mucho – Dijo el guardián – pero aquí no se permite la entrada a los animales.
     El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber sólo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante.
     Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles
   A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía.
          Buenos días – dijo el caminante.
          El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
          Tenemos mucha sed,  mi caballo, mi perro y yo
          Hay una fuente entre aquellas rocas – dijo el hombre, indicando el lugar.
          Podéis beber toda el agua como queráis.
          El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed.
          El caminante volvió atrás para dar gracias al hombre
          Podéis volver siempre que queráis – Le respondió éste.
          A propósito ¿Cómo se llama este lugar? – preguntó el hombre.
          CIELO.
          ¿El Cielo? Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
     Aquello no era el Cielo. Era el Infierno – contestó el guardián.
     El caminante quedó perplejo.
   Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre. Esta información falsa debe provocar grandes confusiones – advirtió el caminante.
     De ninguna manera – increpó el hombre
    En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.

FELIZ INCICIO DE SEMANA QUERIDOS AMIGOS. 

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