Al Salvador
alabamos,
que es nuestro
Pastor y guía.
Alabémoslo con
himnos
y canciones de alegría.
Alabémoslo sin límites
y con nuestras
fuerzas todas;
pues tan grande es
el Señor,
que nuestra
alabanza es poca.
Gustosos hoy
aclamamos
a Cristo, que es
nuestro pan,
pues él es el de
vida,
que nos da vida
inmortal.
Doce eran los que
cenaban
y les dio pan a los
doce.
Doce entonces lo
comieron,
y después, todos
los hombres.
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