Señor Jesús, tu naciste de
la Virgen María, hija de San Joaquín y Santa Ana. Mira con amor a los abuelos
de todo el mundo. ¡Protégelos! Son una fuente
de enriquecimiento para las familias, para la Iglesia y para toda la sociedad.
¡Sostenlos! Que cuando envejezcan sigan siendo para sus familias pilares
fuertes de la fe evangélica, custodios de los nobles ideales, hogareños, tesoros
vivos de sólidas tradiciones religiosas.
Haz que sean maestros de
sabiduría y valentía, que transmitan a generaciones futuras los frutos de su
madura experiencia humana y espiritual. Señor Jesús, ayuda a las
familias y a la sociedad a valorar la presencia y el papel de los abuelos. Qué
jamás sean ignorados o excluidos, sino que siempre encuentren respeto y amor.
Ayúdales a vivir serenamente
y a sentirse acogidos durante todos los años de vida que les concedas.
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