El Cristo de la Hermandad
Universitaria de Córdoba ha sido realizado por el escultor sevillano y
catedrático de la Universidad de Sevilla, Juan Manuel Miñarro.
Este Cristo es el
resultado del trabajo del grupo de científicos pluridisciplinar de
investigación de la Síndone. Es el único Cristo sindónico del mundo y refleja
hasta el mínimo detalle los politraumatismos del cadáver reflejado en la Sábana
Santa de Turín.
La imagen
representa un cuerpo de 1,80 metros de alto, según los estudios de la Síndone
de las universidades de Bolonia y Pavía. Los brazos y la cruz forman un ángulo
de 65º. En él se reproduce con total exactitud las heridas del HOMBRE de
la Sábana Santa.
En la cabeza, la corona de
espinas, a modo de casco que cubre todo el cráneo, está hecha con “ziziphus
jujuba”, una especie de espinas que no se doblan, y son con las que se cree que
se hizo la de Cristo.
La piel presenta el
aspecto exacto de una persona muerta hace una hora. El vientre, con la
crucifixión, se hincha. El brazo derecho dislocado al apoyarse el crucificado
en él, durante el proceso de asfixia, en busca de aire. El pulgar de las manos
está hacia dentro de la palma. Como reacción de un nervio cuando un objeto
atraviesa la muñeca.
Hay dos tipos de sangre en
la talla, la previa a la muerte y la que sale postmorten. También se ha
reflejado el plasma de la herida del costado. Lo han supervisado hematólogos.
La piel de las rodillas está desollada por las caídas y la tortura. Hay granos
de tierra incrustados en la carne, traída desde Jerusalén.
Las heridas reflejan la
huella que dejan los látigos romanos de castigo, con bolas de metal astilladas
en la punta para rasgar la carne. No hay zonas vitales con latigazos, ya que
los verdugos guardaban estas áreas para que el reo no muriera en la tortura.
El lado derecho del rostro
está hinchado y amoratado tras la rotura del pómulo. La corona de espinas es de
la misma especie vegetal palestina que los botánicos señalan. La lengua y los
dedos del pie presentan un tono azulado, propios del fallo cardíaco.
Bajo la frase en hebrero,
la traducción en griego y latín está escrita de derecha a izquierda.
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