Hijas de reyes
salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina, 
enjoyada con oro de Ofir.
Escucha, hija,
mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza: 
póstrate ante él, que él es tu señor.
Las traen entre
alegría y algazara, 
van entrando en el
palacio real.
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