Según la costumbre cristiana, daremos
sepultura al cuerpo de nuestro hermano. Oremos con fe a Dios, para quien toda
criatura vive. Este cuerpo que enterramos ahora en debilidad pidamos que Dios
lo resucite en fortaleza y lo agregue a la asamblea de sus elegidos. Que el
Señor sea misericordioso con nuestro hermano, para que, libre de la muerte,
absuelto de sus culpas, reconciliado con el Padre y llevado sobre los hombros
del buen Pastor, merezca gozar de la perenne alegría de los santos en el
séquito del Rey eterno.
Con estas palabras hemos despedido el
cuerpo de nuestro hermano sacerdote, Fermín Ajtzalán. Fue un día muy duro para
nuestra Diócesis, al recordar la vida del padre Fermín en la homilía, en los
testimonios de sus compañeros de ordenación y, otros sacerdotes que trabajaron
juntos para la mies del Señor.
Gracias padre Fermín por enseñarnos a
entregar nuestra vida sin reserva por el señor en nuestros hermanos.
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Antes de la misa |
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En la Misa |
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La tristeza de nuestro Obispo |
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En el cementerio |
Mañana subiremos los video de lo que aconteció el día de hoy.
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