Después de un fin de semana agitada pero
reflejando siempre la alegría en atender la parroquia, humanamente el sacerdote
se cansa, en lo personal los pies, normalmente se va acumulando el famoso “estrés”,
y de vez en cuanto es necesario descansar un poco, cambiar de actividad, buscar
un lugar que nos acerque a Dios, el contacto con la naturaleza por ejemplo.
Agradezco a los hermanos sacerdotes que
hacen lo posible el ambiente familiar en cualquier momento, y esto nos anima a
seguir trabajando con alegría por el Reino de los cielos.
El día de hoy visite un bonito lugar, que
me ayudó a descansar y de cierto modo recargar un poco de energía.
Lugar para meditar y rezar |
Dos grandes amigos |
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