Alguien me dijo que quería profundizar un poco más sobre el tema del
matrimonio, quizás para una charla o una
catequesis, un poco tarde pero aquí te dejo unos datos amigo. La vocación al matrimonio se inscribe en la
naturaleza misma del hombre y la mujer, según salieron de la mano del Creador.
El matrimonio no es una institución humana. Sobre el matrimonio se establece la
íntima comunidad de vida y amor conyugal fundada por el Creador y provista de
leyes propias que no dependen del arbitrio humano.
En Gn 1, 16-28 vemos como el
hombre y la mujer son creados simultáneamente y ambos son iguales en dignidad,
pues los dos reflejan la imagen de Dios a la que fueron hechos. Se distinguen
por la diferencia sexual. Por tanto desde el principio hombre y mujer aparecen
como la primera pareja humana. Dios los creó en "pareja". Son creados
en relación de uno al otro, de modo que ambos han de formar una unidad
superior: una sola carne. Ambos han sido creados para el matrimonio.
Ya en el Nuevo Testamento el Señor mismo asiste a las bodas de Caná y
realiza allí, a petición de su Madre, su primer signo. De esto la Iglesia ha
interpretado que Cristo confirma la bondad del matrimonio y que será signo
eficaz de su presencia.
Lo que Dios a unido, que no lo separe el hombre |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te gustó el artículo, déjame tu comentario.