El hombre y el mundo |
El científico, nervioso por la interrupción, pidió al niño que fuese a
jugar a otro lado. Viendo que era
imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de
distraer su atención. De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa del mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo
de cinta se lo entregó a su hijo diciendo:
“Como te gustan los
rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de
nadie”.
Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa,
pero no fue así. Pasadas algunas horas, oyó la voz del niño que lo llamaba
calmadamente.
¡Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo”
Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible
que, a su edad hubiera conseguido recomponer un
mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la
vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un
niño. Para su sorpresa , el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían
sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había
sido capaz?
*Hijito, tú no sabias cómo era el mundo, ¿Cómo lo has conseguido?
*Papá yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando cortaste el mapa de la
revista, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre.
Así que di vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que
si sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di la vuelta a la hoja y
vi que había arreglado al mundo.
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