Ya
no os llamo siervos, sino amigos. Este es el
significado profundo del ser sacerdote: llegar a hacer amigos de Jesucristo. Por
esta amistad debemos comprometernos cada día de nuevo. Amistad significa
comunión de pensamiento y de voluntad. En esta comunión de pensamiento con
Jesús debemos ejercitarnos, como nos dice San Pablo en la carta a los
Filipenses. Y esta comunión de pensamiento no es algo meramente intelectual. Sino
también una comunión de sentimientos y de voluntad, y por tanto también de
obrar.
Eso significa que
debemos conocer a Jesús de un modo cada vez más personal, escuchándolo,
viviendo con Él, estando con Él. Debemos escucharlo en la Sagrada escritura no
de un modo académico sino espiritual. Debemos razonar y reflexionar, delante de
Él y con Él, en sus palabras y en su manera de actuar.
FELIZ DÍA A TODOS LOS SACERDOTES QUE DAN LA VIDA PREDICANDO EL EVANGELIO.
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