La semana pasada tuve
la oportunidad de visitar dos lugar que marcaron parte de mi existencia y de mi
vocación sacerdotal. El primer lugar fue la casa del Seminario Menor “Señor san
José”, reviví esos momentos que compartí con los seminaristas menores, cuando
llegué estaban rezando el Santo Rosario y luego el rezo de Vísperas, en este
momento, vino en la memoria los momentos felices en aquella casa.
El segundo lugar fue la casa del Seminario Mayor “Nuestra Señora del Camino”, la casa que fue testigo del proceso de discernimiento de la vocación sacerdotal. Al ver el cuidado que ponen en la liturgia, al ver aquellos lugares de la casa, fue un momento muy agradable al recordar aquellos tiempos.
Agradezco a los formadores por la invitación, y al mismo tiempo animo a todos a seguir luchando en esta ardua tarea en la formación sacerdotal.
Ánimo amigos seminaristas,
la meta es accesible.
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