Hoy nos invitan a la
conversión. Inauguramos el tiempo cuaresmal. Estamos llamados a darnos la
vuelta, de dentro hacia fuera, a entrar en nuestro interior y conectar ahí con
lo más profundo de nuestro ser: la presencia de Dios que quiere encontrarse con
nosotros y transformar nuestra existencia reconciliándonos con la vida en Dios.
Ahora es el tiempo de
la gracia para cada uno de nosotros. Hoy, al recibir la ceniza, podemos abrir
el corazón y hacer de este tiempo litúrgico tan especial un tiempo de encuentro
con uno mismo, con Dios y desde Él, con cada uno de los hermanos.
Recordemos
que polvo somos y al polvo volveremos.
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