lunes, 25 de agosto de 2014

DIÓCESIS DE SOLOLÁ-CHIMALTENANGO, A SOLAS CON EL SEÑOR

Vista desde el Karmel Juyú

Iniciamos hoy, unos días de ejercicios espirituales más conocido como retiro, en esta oportunidad lo dirigirá el padre Abelardo Pérez. Será unos días de mucha bendición y frutos. El retiro es una manera eficaz de acercarse a Dios, una oportunidad estupenda para tratarle con paz, con mayor intensidad. Conocerle y conocernos con la luz que Él nos da, de modo que ese conocimiento influya en nuestra vida.

Hay momentos en la vida en que es necesario detenerse, buscar un despertar, en las que surgen pasiones e iniciativas, afanes nobles que necesitan un cauce; periodos en que las necesidades espirituales se agudizan, y se mira la vida cara a Dios, y uno se plantea las grandes cuestiones de todos los tiempos.

Muchas veces vamos por la vida como a carrerilla. Más que ir nosotros, nos traen y nos llevan las cosas, las situaciones, las circunstancias. (Regularmente la vida ordinaria de un sacerdote) ¡Siempre con prisas! Lo recuerda San Josemaría Escrivá en Camino 83 7“ ¡Galopar, galopar!… ¡Hacer, hacer!… Fiebre, locura de moverse… Maravillosos edificios materiales.

Necesitamos escuchar a Dios, porque lo que importa no es lo que nosotros le decimos, sino lo que Él nos dice y nos transmite” (Beata Madre Teresa de Calcuta. Camino de sencillez).

Para oír la voz de Dios se necesita un ambiente apropiado. Un clima de silencio, de recogimiento interior, que facilite el diálogo personal con El. Hablarle y escucharle. Eso es la oración. Y en ese ambiente, podemos preguntarnos sobre el sentido de nuestra vida.


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