jueves, 26 de julio de 2012

LOS ABUELOS DE JESÚS


    La Iglesia celebra hoy la memoria de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, cuyos nombres se conservaron gracias a tradición de los cristianos.

    Según la tradición ya desde el siglo II, atribuye los nombres de Joaquín y Ana a los padres de la Virgen María. Ya desde el siglo VI en la parte oriental aparece la devoción a Santa Ana, luego pasó a la de occidente en el siglo X, para San Joaquín un poco más tarde. La devoción a los abuelos de Jesús es una prolongación natural al cariño y veneración que los cristianos demostraron siempre a la Madre de Dios.
    El nombre Ana significa “gracia, amor, plegaria”. La Sagrada Escritura no hace referencia de los santos. Todo lo que sabemos se encuentra en el evangelio apócrifo de Santiago, según el cual a los veinticuatro años de edad se casó con un propietario rural llamado Joaquín, galileo, de la ciudad de Nazaret. Su nombre significa “el hombre a quien Dios levanta”, y, según san Epifanio, “preparación del Señor”. Descendía de la familia real de David.
   También nos cuenta que ya llevaban veinte años de matrimonio y el hijo tan ansiado no llegaba. Los hebreos consideraban la esterilidad como algo oprobioso y un castigo del cielo. Se los menospreciaba y en la calle se les negaba el saludo. En el templo, Joaquín oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar en la casa de Dios.
   Desde los primeros tiempos de la Iglesia ambos fueron honrados en Oriente; después se les rindió culto en toda la cristiandad, donde se levantaron templos bajo su advocación.


     Bienaventurados, San Joaquín y Santa Ana, por habernos dado aquella niña bendita, que alcanzó la más alta dignidad pues vino a ser Madre del mismo Dios hecho hombre, intercedan siempre por la Iglesia de Sololá-Chimaltenango.

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