miércoles, 3 de abril de 2013

ACTITUDES EUCARÍSTICAS PARA EL AÑO DE LA FE

Actitudes

ENCUENTRO
Vamos hacia el Salvador, pues sabemos que, cruzando el umbral de una puerta, al otro lado (en una iglesia) Jesús siempre espera con un sitio libre para alguien con nombre, historia y apellidos: ¡Tú!
CELEBRANDO
Detenemos, durante un espacio de tiempo, el reloj de nuestra vida haciendo memoria, con gestos y con palabras, de aquella tarde inolvidable del Jueves Santo donde, Jesús, nos dejó este gran regalo: la eucaristía
DIALOGO
Dios siempre ofrece una palabra oportuna para cada situación y para cada persona que está dispuesto a encontrarse, celebrar y esperar en El y con El.
HONRA
Supone una gran satisfacción por estar con Jesús a pesar de nuestras limitaciones y pequeñeces. El Señor, aun conociendo las pequeñas deserciones y traiciones de sus seguidores, nos da audiencia para estar cerca de El y compartir su cuerpo y su sangre.
ALABANZA
Demos gracias a Dios por ofrecernos, una vez más, su amor en Jesús. Nos lo dio pequeño en Belén, como pan en Jueves Santo y –el amor sin límites- clavado en cruz. ¿No merece Dios, por todo ello, nuestro homenaje?
ACOGIDA
Hay que llevar a la propia vida el estilo y el modo de vivir de Jesús. La eucaristía nos lanza a indagar y sumergirnos en lo que fue indicativo en la persona de Jesús: el Reino de Dios. Su corazón es resumen de los mejores sentimientos de Cristo.
PERDON
Con el mismo fondo, es decir hasta las últimas consecuencias, que lo tuvo en Jesús. Sin contar las veces, sin mirar atrás, sin exigir condiciones. La eucaristía, cuando se vive de verdad, crea lazos de hermandad, fraternidad y reconciliación.
ALEGRIA
Nos alegramos por haber sido invitados al banquete con Jesús. Muchos son llamados y…no siempre todos responden. El Señor, una vez más, ha saltado a la encrucijada de nuestros caminos y ha dado con nosotros para ocupar un puesto junto a El en la eucaristía. Ser invitado del Señor, además de emoción, conlleva alegría por tal deferencia.
CONTEMPLACION
La eucaristía, por Jesús, nos hace sentir la presencia de un Dios que nos ama con locura. Participar en ella es dar también un espacio al silencio y a la escucha. Es dejar que, el anfitrión, nos hable antes de servirnos y de alimentarnos. Contemplar es mirar con los ojos de la fe.
ANUNCIO
Participar en la eucaristía es saber que ella es un pregón de la muerte del Señor hasta el día en que, El , vuelva. Rodear el altar, escuchar su Palabra, entrar en comunión con Cristo....es saber que todo eso es un gran aperitivo de lo que nos queda por gustar el día de mañana.
ESPERANZA
Con la eucaristía, salimos fortalecidos para hacer frente a las pruebas de cada jornada. Entramos a ella cargados y llenos de contrariedades. Salimos, de ella, y aunque los acontecimientos sigan siendo los mismos...nosotros somos distintos al haber sido fortalecidos por la medicina del encuentro eucarístico.
FE
No todo lo importante es siempre visible al ojo humano ni explicable al entendimiento. Hay un componente que nos debe de causar sentimientos hondos y devoción. Existe una parte de misterio que se nos escapa pero que, por momentos, nos hace estar cosidos al Cristo del Calvario, unidos Cristo del Jueves Santo, alegres con el Cristo de la mañana de Pascua.

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