Negarse a perdonar
puede ser infinitamente peor que cometer un crimen, porque éste último podría
ser un acto impulsivo en un momento de acaloramiento, mientras que lo primero
es una decisión fría y calculada del corazón.
Cuando se ama, uno
ve todo lo que es bueno, todo lo que es de Jesucristo en otras personas. Dios
ve a su Hijo en nosotros. Por eso nosotros debemos ver sólo a Cristo en los
demás, y amarlos. Nunca puede haber suficiente amor. Nunca se puede pensar
bastante en el amor. San Juan de la Cruz dijo que donde no hay amor, trae el
amor, y obtendrás amor.
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