El pasaje evangélico que
hemos escuchado terminaba con las palabras: De esto ustedes son testigos. Era una señal difícil que Jesús daba
a los suyos. Ellos vivían todavía escondidos después de su muerte, temerosos de
ser reconocidos por las autoridades como discípulos del Nazareno. Y he aquí que
Jesús les pide que salgan afuera para proclamar que él había resucitado de los
muertos el tercer día y para predicar en su nombre a todas las naciones la
conversión y el perdón, comenzando precisamente por Jerusalén.
Y lo hemos escuchado en la
primera lectura. Al día siguiente de Pentecostés, Pedro dice al pueblo de
Jerusalén: Ustedes mataron al autor de la
vida, pero Dios lo ha resucitado de los muertos y de esto nosotros somos
testigos... Arrepiéntanse y cambien de vida. Quedando pocos y solos, con el
encargo de predicar el evangelio en todo el mundo.
Los apóstoles no se
desanimaron. Comprendieron que su tarea: dar testimonio de lo que habían oído y
visto cumplirse en Jesús de Nazaret: es el resumen de su predicación y la
nuestra.
En la segunda lectura l apóstol
nos recuerda, que para llevar una vida de unión con Dios, el cristiano debe
reconocerse pecador y luchar contra el pecado. Así, Cristo, que es el abogado
ante el Padre, le purifica de todo pecado con su sangre. La acogida de la
misericordia divina exige de cada uno de nosotros la confesión de sus faltas.
La penitencia impuesta en el sacramento de la Reconciliación nos ayuda a
configurarnos con Cristo que es el Único que expió nuestros pecados de una vez
por todas.
En el evangelio nos
recuerda el papa, hay muchos cristianos que tienen “miedo a la alegría”. Cristianos “murciélagos”, que van con “cara
de funeral”, moviéndose en la sombra en lugar de dirigirse “a la luz de la presencia del Señor”.
El Salvador nos asegura su
presencia real entre nosotros a través de la Palabra y la Eucaristía. Tal como
los discípulos de Emaús, que reconocieron a Jesús al partir el pan, así también
nosotros encontramos al Señor en la celebración eucarística.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te gustó el artículo, déjame tu comentario.