En este día recordamos
cuando Jesús muere en la cruz para salvarnos del pecado y darnos la vida
eterna. El sacerdote lee la pasión de Cristo en la liturgia de la Adoración a
la cruz. Ese día no se celebra la Santa Misa.
En las iglesias, las
imágenes se cubren con una tela morada al igual que el crucifijo y el sagrario
está abierto en señal de que Jesús no está.
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