El cansancio de los
sacerdotes… ¿Sabéis cuántas veces pienso en esto: en el cansancio de todos ustedes?
Pienso mucho y ruego a menudo, especialmente cuando el cansado soy yo. Rezo por
los que trabajáis en medio del pueblo fiel de Dios que os fue confiado, y muchos
en lugares muy abandonados y peligrosos. Y nuestro cansancio, queridos sacerdotes,
es como el incienso que sube silenciosamente al cielo (cf. Sal 140, 2; Ap 8, 3-4).
Nuestro cansancio va directo al corazón del Padre.
Papa Francisco
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