En este hecho podemos percibir
tres mensajes. El primero es la compasión.
Jesús reacciona con un sentimiento de compasión, porque sabe que no lo buscan por
curiosidad, sino por necesidad, la compasión que siente Jesús– no es sencillamente
sentir piedad; ¡es algo más! Significa com-patir,
es decir, identificarse con el sufrimiento de los demás, así es Jesús: sufre junto
con nosotros, sufre con nosotros, sufre por nosotros.
El segundo mensaje es el compartir, Jesús comparte su misma
vida con nosotros, pero nosotros debemos de aprender de Él, compartir con los demás
como lo hace aquel muchacho.
Y el tercer mensaje: el prodigio
de los panes prenuncia la Eucaristía.
Se ve en el gesto de Jesús que “lo bendijo”. Antes de partir los panes y distribuirlos
a la gente. Es el mismo gesto que Jesús realizará en la última Cena, cuando instituye
el memorial perpetuo de su Sacrificio redentor.
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