aquí empecé a soñar
a hablar y a caminar;
a hablar y a caminar;
aquí aprendí a
rezar,
a conocer la fe
para enfrentar mis miedos.
para enfrentar mis miedos.
Aquí sentí el calor
de mi primer amor
de mi mejor mujer;
de mi mejor mujer;
que todo lo entregó
y llena de ilusión formó en su ser,
y llena de ilusión formó en su ser,
mi cuerpo.
Aquí escuché la voz
de un héroe,
un gran señor que
me enseñó a luchar y a conocer a Dios,
tratando por igual
a todos los demás sin sentirse inferior,
ni superior jamás,
que siempre predicó
con el ejemplo.
Es la familia fuerza y unidad es el cimiento de la
humanidad,
es nuestra sangre que continuará un nuevo tiempo…
Es ese amor que es incondicional frente a la calma o a
la tempestad,
el equilibrio simple y natural del universo.
Aquí me equivoqué,
aquí me tropecé,
confieso que dudé,
cuando me vi caer,
pero encontré la
luz en el consejo fiel de un buen hermano.
Así me superé y me
recuperé,
me pude levantar y
supe continuar y abrí mi corazón
y me llené de amor
dejé el pasado atrás y me volví a inventar
porque mi Dios
jamás me ha abandonado.
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