domingo, 28 de febrero de 2016

LA CONVERSIÓN


La página del evangelio de san Lucas, que se proclama en este tercer domingo de Cuaresma, refiere el comentario de Jesús sobre dos hechos. El primero: la revuelta de algunos galileos, que Pilato reprimió de modo sangriento; el segundo, el desplome de una torre en Jerusalén, que causó dieciocho víctimas. Dos acontecimientos trágicos muy diversos: uno, causado por el hombre; el otro, accidental.

Según la mentalidad del tiempo, la gente pensaba que la desgracia se había abatido sobre las víctimas a causa de alguna culpa grave que habían cometido. Jesús, en cambio, dice: “¿piensan que estos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos?... O aquellos dieciocho, ¿piensan que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén?”. En ambos casos, concluye: “No, les aseguro; que si no se conviertan, todos perecerán del mismo modo”.

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