Dios no solo ha creado al hombre, sino
que está junto a él en todo tiempo y lugar. Dios lo llama y le ayuda a
buscarlo, quiere que lo conozca y lo ame, sabemos que hemos sido creados a
imagen semejanza de Dios, y por el
bautismo los cristianos somos hechos hijos adoptivos de Dios, herederos de su
gloria. Por tanto, si nos preguntan quienes somos, la respuesta es clara: soy
hijo de Dios.
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