La Santísima Trinidad |
Ya en vísperas de la solemnidad del misterio que está en el
centro de nuestra fe, del cual todo procede y al cual todo vuelve. El misterio de
la unidad de Dios y, a la vez, de su subsistencia en tres Personas iguales y distintas.
Padre, Hijo y Espíritu Santo: la unidad en la comunión y la comunión en la unidad.
Conviene que los cristianos, en este gran día, seamos conscientes de que este misterio
está presente en nuestras vidas: desde el Bautismo —que recibimos en nombre de la
Santísima Trinidad— nuestra participación en la Eucaristía, que se hace para gloria
del Padre, por su Hijo Jesucristo, gracias al Espíritu Santo. Y es la señal por
la cual nos reconocemos como cristianos: la señal de la Cruz en nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo.
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