¿De qué forma?
El corazón de cada mujer
anhela un amor verdadero y la belleza que esto conlleva. La pornografía
destruye completamente todo a lo que la mujer aspira de forma natural,
volviendo sus esperanzas y deseos en vanas fantasías. Cada mujer percibe la
pornografía a su manera, pero independientemente de ello, cada una después de
tener contacto con ella se queda herida y desolada.
En la mayoría de los
casos, la mujer presenta un sentimiento de rechazo, de soledad, de vergüenza,
de falta de autoestima, de incapacidad de confiar y amar.
La pornografía ataca la
esencia misma de la feminidad. Infesta el corazón de la mujer, se infiltra en
su matrimonio, destruye su autoestima y la está obligando a creer en la mentira
de que si no hay atracción sexual, entonces ella no vale nada.
La mujer tiene que creerse
que no es más que un juguete para la diversión del hombre. Frente a la
pornografía la mujer nunca es suficiente, es decir: nunca es lo suficientemente
hermosa, ni lo suficientemente sexy ni lo suficientemente provocativa. Simplemente
es insuficiente.
El "clic" que hace daño |
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