Jesús, fijos los ojos en Ti, comenzamos este camino de fe, esperanza y amor hacia nuestro Cuarto Congreso Misionero.
Señor, Tú eres nuestra inspiración, Tú nos irradias la alegría de ser discípulos y misioneros tuyos. Enséñanos a ser como Tú, que eras noble, amable y ejemplar. Que ibas sembrando amistad en todos y vivías la armonía entre vida y doctrina.
Ayúdanos a vivir y confesar nuestra fe en Ti. Que nuestra relación con el Padre sea tan cercana como la tuya, y Él nos dé sabiduría y aliento para predicar su Reino a los hombres y mujeres de hoy que tanto lo necesitan.
Señor, ahora que nos sentimos enviados tuyos a esta hermosa y difícil misión, haz que aprendamos de Ti en las cosas grandes y pequeñas.
Que aprendamos Tu modo de comer y de beber, cómo te portabas cuando sentías hambre y sed, o cuando sentías cansancio tras las caminatas apostólicas. Haz que aprendamos de Ti tu trato con los enfermos, con los pobres, con los hombres, con las mujeres, cómo mirabas a los jóvenes y cómo tratabas a los niños.
En tus manos ponemos nuestros trabajos y esperanzas de este Cuarto Congreso Misionero. Danos la gracia que renueve nuestra vida para proceder conforme a tu Espíritu, y comencemos a realizar el Reino en Guatemala que Tú has soñado para nosotros. Permítenos ser misioneros y humildes colaboradores tuyos en la obra de la Redención.
Pedimos a María, tu Madre Santísima, Reina de nuestra querida Guatemala, quien tanto contribuyó a plasmar y formar Tu modo de ser, que forme también en nosotros nuevos hijos e hijas de Dios y de la Iglesia, y que nuestra misión sea para tu mayor gloria y alabanza. Amén!
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