El día de ayer en la parroquia de San Francisco de Asís, Tecpan, Guatemala. Se administró a los hermanos y hermanas el sacramento de la Unción. La unción de los enfermos es
el sacramento que tiene por fin conferir una gracia especial al
cristiano que experimenta las dificultades inherentes al estado de enfermedad y
vejez.
El efecto de este Sacramento nos lo explica Santo Tomás de Aquino; la unción de los enfermos es "como una inmediata
preparación para la entrada en la gloria" (S. Th., III, q. 65, a.
1, ad. 4).
El
enfermo, abandonado a sus solas fuerzas, estaría tentado a desesperar; pero, en
ese momento supremo, viene Cristo, El mismo, a reconfortar a sus fieles con su
omnipotencia redentora y con la proximidad de su presencia. Él ha instituido,
para la hora de los últimos combates, un sacramento especial para acabar en
nosotros su obra de purificación, para sostener a los ‘suyos’ hasta el fin,
para arrancarlos de la influencia invisible del demonio e introducirlos sin
tardanza en la casa del Padre. La unción es el sacramento de la partida. Allí
está el sacerdote, in persona Christi, a la cabecera del enfermo para
perdonarle sus faltas y conducir su alma al paraíso.
Los efectos que produce este sacramento son:
- aumento de gracia
santificante;
- gracia sacramental específica;
- la salud corporal, cuando conviene a la salvación del alma;
- el perdón de los pecados veniales y la desaparición de las reliquias del pecado.
- Secundariamente, puede producir el efecto de remitir los pecados mortales.
- gracia sacramental específica;
- la salud corporal, cuando conviene a la salvación del alma;
- el perdón de los pecados veniales y la desaparición de las reliquias del pecado.
- Secundariamente, puede producir el efecto de remitir los pecados mortales.
Ungiendo |
El p. Jorge ungiendo |
El p. Wilson ungiendo |
Después de la misa, compartiendo una pequeña refacción con todos los enfermos |
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