viernes, 14 de diciembre de 2012

CANTO DE ENTRADA


Nace en Roma en torno a los siglos IV-V. Con la paz constantiniana, la Iglesia pudo gozar de libertad y de paz, y por tanto el culto comenzó a celebrarse con mayor solemnidad. “El canto de entrada el Introito, solemnizaba la entrada del Papa y su cortejo.”[1]

Es el primer canto de los denominados procesionales, denominados así porque acompañan una procesión, un movimiento, un desplazamiento. El procesional de entrada acompaña la procesión inicial de sacerdotes, ministros, con aire y movimiento sencillo y animado. Pierde parte de su sentido cuando ha terminado la procesión y se sigue cantando, haciendo esperar al celebrante.  Si hay incensación del altar, el canto de entrada puede prolongarse mientras dure la incensación.   

Función
“Es la primera expresión de la fe; la unidad, el sentido de la celebración y la alegría de los hermanos que se reencuentran entre ellos y con su Padre Dios.”[2] La liturgia es celebrada por un pueblo, el pueblo de Dios; cada uno y todos participan según su función propia. Pertenece al Pueblo en este momento manifestar su fe y su alegría con el canto de entrada.


[1]  A. Alcalde, El Canto de la Misa, 103.
[2] E. JardielLa celebración de la Misa, 11.

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