El que no tenga pecados que tire la primera piedra |
El decanato seis de nuestra Diócesis inicia hoy su actividad penitenciaria,
siempre será una alegría al encontrar muchos hermanos que se han alejado de su
Padre y en este tiempo quieren regresar a casa. Y el padre con gran misericordia
les acoge en sus brazos. Para confesarnos bien debemos tener algunas cosas
presente.
El primer paso necesario para confesarse bien consiste en reconocernos
pecadores y necesitados de la misericordia de Dios. El que se cree santo y piensa que sólo los demás son
pecadores (no sé qué decir) no se da cuenta de que Jesús invita a todos a la conversión.
En realidad, la humanidad no está dividida entre pecadores y santos (que no
pecan), sino entre los que se dejan perdonar (porque creen en el amor) y los
que no se dejan perdonar (porque no creen en el amor). Hay que sentirse necesitados de perdón.
El “no saber que decir” en la
Confesión es debido a menudo a que no tenemos meta fija en nuestra vida, vamos
adelante como las mariposas sin saber hacia dónde. Hay que mirarse dentro, saber
qué significa ser hombres y
cristianos, darse cuenta de las situaciones de pecado que deben evitar para ser fieles al designio del
amor de Dios y a la amistad con El.
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