En la parroquia de Santa Apolonia, Chimaltenango |
La Iglesia celebra hoy la fiesta
de Santa Apolonia, a quien se le invoca contra el dolor de muelas y todas las
enfermedades dentales. Antes de ser arrojada a una hoguera, pidió un momento de
tregua e hizo algo tan inesperado que San Agustín explicó después.
Según la tradición, los
papás de Apolonia no podían tener hijos y rezaban constantemente a sus dioses.
La futura madre, finalmente, pidió a la Virgen María que intercediera por ellos
y así Apolonia fue concebida. Cuando la joven Apolonia se enteró de esto se
convirtió al cristianismo.
Por ese entonces se inició
una persecución contra los cristianos en Alejandría. Los creyentes eran
arrastrados fuera de sus casas, asesinados y sus propiedades saqueadas. Todo
esto porque un profeta de Alejandría anunció desastres, supuestamente por la
presencia de los “impíos” cristianos que no adoraban a los dioses paganos.
San Dionisio, Obispo de
Alejandría, describió a Santa Apolonia como una mujer que tenía gran estima y
relata así la muerte de la mártir.
“La capturaron y le
rompieron todos los dientes a golpes. Construyeron una hoguera en las afueras
de la ciudad, y la amenazaron con quemarla viva si se negaba a repetir palabras
impías luego de ellos (ya fuese blasfemias contra Cristo, o una invocación a los
dioses paganos)”.
“Al otorgársele un
respiro, pedido por ella, se lanzó rápidamente al fuego y ardió hasta morir”,
añade San Dionisio.
No obstante, nadie puede
apresurar su propio fin y al respecto, San Agustín en el primer libro de “La
Ciudad de Dios” explica lo ocurrido: “se dice que en tiempos de persecución se
supo de ciertas santas mujeres se sumergieron en el agua con la intención de
ser arrastradas por las olas y ahogarse, y así preservar su castidad
amenazada”.
Artísticamente se le
representa sosteniendo unas pinzas que aprietan un diente.
Fuente; Aciprensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te gustó el artículo, déjame tu comentario.